sábado, febrero 18, 2006

Botánica proletaria y botánica burguesa

Esta tarde he ido a comprar yogures de soja y galletas de arroz y he acabado pensando en la guerra de Vietnam. Normalmente cuando voy a comprar estos víveres acabo pensando en lo buenas que están las galletas de arroz con chocolate. Pero esta vez no: esta vez me he entretenido mirando una estantería con pastillas para la garganta mientras esperaba a que me cobraran en la caja (es increiblemente fabulosa la variedad de pastillas que hay en el mundo). El caso es que mientras perdía el tiempo absorto en esa increíble variedad de pastillas he visto unas que... bueno, quizá ha llegado el momento de decir que este verano leí un libro titulado El dolor de la guerra, de Bao Ninh, un señor vietnamita que luchó durante diez años en la guerra de Vietnam (la de Vietnam del Norte contra los estadounidenses, concretamente) y que, a pesar de tan radical especialización, sobrevivió. Ahora tiene un hijo que estudia en Estados Unidos y escribe libros. En el que me leí este verano, El dolor de la guerra, basado en sus diez años de guerra, explica que fumaban (o mascaban, la verdad es que ahora no recuerdo) rosa canina porque les sumía en un estado de sopor alucinógeno que les ayudaba a sobrellevar la insoportable situación en la que estaban atrapados. Uno de los componentes de las pastillas que he visto esta tarde, mientras esperaba que me cobraran los yogures de soja (no tenían galletas de arroz), era rosa canina. Si empiezo a ver caracoles voladores por encima del teclado o elefantes con zapatillas de bailarina, os aviso.

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