sábado, febrero 04, 2006

Los bigotes de Freddy Mercury


El viernes hice de Freddy Mercury en una representación que organizó el colegio salesiano donde trabajo con motivo de la fiesta de Don Bosco, el fundador de la congregación salesiana. Canté -bueno, en fin, moví la boca- durante 50 segundos siguiendo el play-back del tema We are the champions, de Queen,... y ante la dirección del colegio y un teatro abarrotado de alumnos. Un par de compañeros profesores me acompañaban en el escenario, pero su dignidad estaba a salvo porque llevaban pelucas y dudo que alguien les reconociera. Yo, en cambio, salí sin mis inseparables gafas y tuve que pintarme el bigote con lápiz de ojos porque el mostacho que me había comprado en una tienda de disfraces se despegaba con facilidad. Los alumnos coreaban el we are the champions y se partían de risa, todo a la vez. Ninguno de ellos sabe que hace unos años en la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona unos compañeros creyentes cristianos católicos se opusieron a que estampáramos camisetas con la foto que encabeza este artículo. El texto que acompañaba a la foto era: Dios no juega a los dados... juega a los bolos. Y luego iba: Física y los años de la promoción. La foto era de una obra de arte que se exponía en aquellos momentos en Londres (no recuerdo ahora mismo el nombre del artista, lo siento). A mí la verdad es que me traía sin cuidado qué estampación tuviera la camiseta de aquel año pero cuando mi amigo Carles subió a la clase y nos contó que un grupo se negaba a estampar esa camiseta porque decían que era ofensiva, tomé cartas en el asunto. La frase me parecía francamente divertida. Yo y unos cuantos montamos una campaña de defensa no ya de la libertad de expresión sino de la libertad creativa. No porque quisieramos molestar, ofender, incordiar o reírnos de las creencias de nadie, sino simplemente porque la frase combinada con esa imagen nos parecía divertida. Un compañero me preguntó si yo aceptaría una camiseta en la que se ofendiera a Buda. Le contesté: primero, no creo que nuestra camiseta ofenda al Papa; segundo, si una camiseta me pareciera ofensiva, simplemente no la compraría y ya está; tercero, he deconvivir día a día con cosas que me parecen realmente ofensivas, como por ejemplo que haya guerras en el mundo y la riqueza y las oportunidades de acceder a ella estén tan injustamente repartidas en el mundo. Eso sí que es ofensivo. ¿Por qué no se queman las casas de los fabricantes de armas? A mi las armas me ofenden profundamente, muy profundamente, y a nadie parece importarle. Al final me compré varias camisetas. Eso sí, no la llevo en el trabajo, qué le vamos a hacer. En el trabajo a veces llevo bigote. Exactamente ... ¿qué fracción de la Humanidad ha dejado atrás la Edad Media, Freddy?

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