domingo, mayo 30, 2021

LA SEGUNDA PRIMAVERA


 

A veces tengo la sensación de ser un personaje en una película de Miyazaki. Vivo cerca de un almendro en flor y al lado de una vía por donde los trenes vienen de y van al horizonte. En ocasiones, los oigo por la noche, pero a lo lejos. Como si la oscuridad atenuara el mundo. A mi alrededor, hay descampados donde todo está por hacer aún, y jardines donde ya se hizo todo y han sido abandonados. Acaricio a menudo a gatos cariñosos que deambulan por las calles, y veo otros que no me hacen ni caso; el aire es frío y nítido y, de vez en cuando, huele a tierra húmeda después de la lluvia. Suelen brillar las estrellas en el firmamento,  porque las luces urbanas aún son minoría, aquí donde vivo. Lo único que consiguen con su fulgor es subrayar la soledad después del toque de queda. Por las noches, las farolas flotan en medio de la oscuridad como peces abisales agazapados en las sombras. Es la segunda primavera del virus. Los humanos han quedado en evidencia, pero no importa: siguen diciendo una cosa y haciendo la contraria. No son muy diferentes a las hienas. Mientras tanto, mi mujer y yo caminamos agarrados de la mano por la calle, mirando a las montañas o a las nubes, buscando siempre la belleza, y nuestro balcón sigue regado de pétalos de flor de limonero y jazmín.

No hay comentarios: