domingo, noviembre 06, 2005

Sobre las dos Españas

Esta mañana he decidido substituir mis ojos por dos aceitunas. Así cuando salga a la calle no me hará daño ver a los caciques inflamando a la tropa, de la misma forma que las aceitunas no sufren (espero) cuando las ensartan con los palillos. Ah, y el martes iré a una clínica de Marbella para que me extirpen el corazón y lo substituyan por un diamante para que la piezoelectricidad haga la función que antes hacía mi aliento, demasiado sensible al tiro en la nuca dialéctico con que tanto se disfruta aquí en España.

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