A veces, los escándalos que se montan por ciertos detalles son recalcitrantes. Un marine remata de un tiro a un irakí herido e indefenso que se hacía pasar por muerto en un intento desesperado por salvar la vida. Repugnante. Triste, nauseabundo, cosas que te vacían por dentro, que te ahuecan el alma. Pero... ¿qué se cree la gente que es la guerra? A partir del momento en que se decide utilizar las armas todo se embrutece, todo se envilece, todo se hace miserable: se saca lo peor de cada uno. ¿Por qué se monta semejante escándalo? ¿Porque es un crimen de guerra? El crimen es la guerra. Todo lo demás son consecuencias derivadas. ¿O es que la gente cree realmente que los soldados son caballeros educados que se mueven con el cuidado y la sensibilidad necesaria para no dañar civiles inocentes, escuelas, hospitales o heridos indefensos? ¿O es que la gente cree realmente que hay una forma civilizada de hacer la guerra? La guerra es miseria y caos, es todo lo contrario a la civilización: vergüenza nos tendría que dar, a nosotros, defensores de los valores democráticos y de los derechos humanos -según dicen Aznar, Bush y todos-, proponer la guerra como un método válido para defender la civilización. ¿Tan poco hemos avanzado? ¿Tan en pañales está el progreso humano que la gente cree que la guerra es necesaria? Ese es el auténtico abismo entre la gente y la ciencia: que, en general, la sociedad no sabe en qué mundo vive, pero no porque no sepa lo sucio que es el mundo en el que vive, lo vil que llega a ser, sino porque no tiene ni idea de que hoy en día existen métodos mucho más sofisticados y pacíficos que una guerra para resolver problemas (¿Cómo se llama el economista indio, Premio Nobel de economía, que desarrolló la teoría de los microcréditos?). Es nauseabundo todo. Pero el crimen es la guerra.
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