domingo, noviembre 28, 2004

Estrategia equivocada

Ángel García Seoane, alcalde de la localidad coruñesa de Oleiros, provocó un incidente diplomático con el gobierno de Israel al emprender una campaña en la que tachaba a Ariel Sharon de "bestia", "asesino" y "nuevo nazi" (concretamente, en los plafones luminosos de la localidad ponía: "Paremos la bestia. Sharon asesino. Stop a los nuevos nazis"). Supongo que el señor García Seoane se movía empujado por la indignación y por la firme convicción de que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad no puede quedarse impasible ante los crímenes incalificables de algunos de sus congéneres. Lo suponemos y lo entendemos porque es la misma indignación y convicción que, entre otras cosas, nos mueve a nosotros a hacer Callejón sin salida. Sin embargo, somos conscientes, además, de que campañas como la del alcalde de Oleiros, son esencialmente equivocadas. No porque sean verdad o mentira sino porque campañas como la del señor García Seoane no suponen para Sharon ninguna molestia, en el sentido de que no obligan a tal individuo a enfrentarse a sí mismo, ni mucho menos a una revisión de conciencia. Más bien consiguen todo lo contrario, aunque no sea ésa su intención: afianzar a los partidarios de Sharon en sus posiciones, en sus creencias, en su autocomplacencia, en definitiva. Por muy difícil que sea y por muy imposible que parezca, hay que ser más inteligentes. No hay que copiar modos y maneras de gente que ordena bombardeos como quien borra una letra que no le gusta con una goma de borrar. Hay que ser implacables con las preguntas dirigidas a ellos, pero las preguntas no tienen que ser letras en un papel (si ellos dan poco valor a la vida humana ¿qué valor darán a la letra escrita?) sino actos que pongan en cuestión su forma de vida, su forma de actuar, su forma de "resolver problemas". Las preguntas tienen que poner en evidencia sus mentiras, incluso ante ellos mismos. Hay que sembrar la duda en esas conciencias que son como monolitos incólumes, aunque la duda sea tan pequeña como una semillita, porque todos hemos visto cómo las raíces de los árboles resquebrajan el más desagradable asfalto. Pueden parecer palabras de un iluso, tonterías de una tripulación que ha perdido el norte, pero nos arriesgaremos, porque a pesar de todo creemos no sólo que es posible sino que, además, es el más alto nivel de exigencia con el que deben tamizarse campañas como la del señor García Seoane.

No hay comentarios: