miércoles, octubre 20, 2004

El porqué de la invasión de Irak

Lo peor de un atentado casi me atrevería a decir que no son los muertos sino las estupideces que hay que soportar oír durante los días posteriores. Estupideces como que Estados Unidos es el único país que puede liderar la lucha por salvar la democracia en el mundo libre (escrito en el ABC hace unas semanas por una persona que, en teoría, había estudiado y lo suficientemente culta e inteligente, en teoría, como para que le ofrecieran un espacio en un diario de tirada nacional), estupideces como las que soltó sin ruborizarse el terrorista de guante blanco y expresidente de gobierno José María Aznar en su primera clase en la Universidad de Georgetown, estupideces como la de que han sido los terroristas los que han llevado a Zapatero al gobierno, estupideces como que los estadounidenses han invadido Irak por implantar la democracia en ese país, estupideces, estupideces, estupideces estupideces estupideces........ Una marea inmensa de basura que nos llena de mierda en medio de la devastación y que viene a demostrar que muchos son absolutamente insensibles al dolor de las personas, al sufrimiento de la gente, por muy grande que sea la tragedia, por más abrumadora que sea la desgracia, siempre hay gente que está lo suficientemente aislada en su mundo de mariposas y de buenos y malos, y de caperucita y el lobo, y de princesitas y príncipes, como para no quedarse sin palabras, y no tener vergüenza para decirlo. Muchísimo peor que la angustia, el dolor infinito y la asfixiante sensación de impotencia, es soportar los pensamientos de los demás: estar encerrado en una jaula llena de bestias y soportar sus pensamientos de bestias que se sienten atacadas, acorraladas, y que lo único que saben hacer es olisquearse para reconocerse entre ellas y morderse y matarse porque para ellas la vida no es más que lucha despiadada por la supervivencia. Y decir: Libertad, Igualdad, Fraternidad y que te tilden de estúpido y de cómplice con los terroristas. Y guardar silencio y que te miren como un bicho raro porque no maldices a las bestias (porque las bestias son ellos, no nosotros, son ellos, los infieles, los bárbaros). Es el tributo que tenemos que pagar los que sobrevivimos, es el precio por seguir estando vivo entre tanta muerte y putrefacción, es el impuesto revolucionario por poder respirar. Es barato. Lo pagamos con gusto. Infinitamente peor que las estupideces sería no poder seguir disfrutando de este frágil don que es la vida. Voy a respirar profundamente: una inspiración amplia y expansiva y una expiranción lenta, sin prisas. Voy a respirar saboreando el aire, a disfrutar con fruición del oxígeno llenando mi cuerpo. Voy a dedicarme a la tarea de llevar oxígeno a cada una de las células de mi cuerpo con cariño y paciencia, tal y como haría un jardinero al que le encantara su trabajo, y voy a sentir cómo las células de mi cuerpo se llenan de oxígeno y lo devuelven y piden más, por favor, y yo se lo doy, sin preocuparme por el paso del tiempo ni por la productividad. Las bestias a mi alrededor revolotean como gorilas furiosos y me llaman estúpidoinútilcómplicebobotonto. Yo las amo, no son más que animalitos esclavizados por su estómago, algún día se darán cuenta. Mientras tanto, en este mundo demenciado, desquiciado y lleno de basura, decir algo hermoso o construir algo bello, aunque sólo sea el verso de un poema, es ir contracorriente y es, por eso, un acto heroico y prácticamente revolucionario.

Reproducimos a continuación una entrevista de LLuís Amiguet a Craig Unger aparecida hoy 20 de octubre en el periódico La Vanguardia.

CRAIG UNGER, AUTOR DEL ARGUMENTO DE 'FAHRENHEIT 9/11'

"La caridad saudí financió el 11-M"

LLUÍS AMIGUET - 20/10/2004

Tengo 55 años. Nací en Nueva York y me gradué en Harvard.Mi padre estudió con Bush padre. Fui de colonias con Bush hijo y le alquilé su apartamento: el mundo es demasiado pequeño.Soy un judío muy secular. Fue más fácil irse de Vietnam de lo que será dejar Iraq. Publico Los Bush y los Saud,que Michael Moore hizo película

La gran derrota del periodismo americano ha sido no investigar las causas del 11-S. El libro Out of the blue (salido de la nada), de The New York Times, ejemplifica ese error. Lo cierto es que el 11-S no salió de la nada, sino de la relación de los Bush con los Saud, amos de Arabia Saudí.

-Deme más datos.

-Eran saudíes 15 de los 19 secuestradores de aviones. Tan saudíes como Bin Laden y tan saudíes como Al Qaeda, que es básicamente una red saudí, pagada con dinero saudí y coordinada por saudíes con militantes de todo el islam con consentimiento tácito o expreso de la familia real saudí.

-¿Y por qué fallaron los media?

-La derecha y los Bush les convencieron de que ese terrorismo islámico salía de la nada: Out of the blue.

-Son muy malos y por eso matan.

-Exacto. Quieren hacernos creer en su mundo de buenos y malos. Los terroristas son locos asesinos que odian la libertad y quieren acabar con nuestra civilización. Nos defiende nuestro ejército, paladín del mundo libre, comandado por el presidente que debemos apoyar ahora más que nunca.

-¿Y usted qué cree?

-Que los terroristas responden a complejos intereses de la pugna por el poder en Arabia Saudí: ésa es la única lucha que de verdad interesa a Bin Laden. Nosotros somos las víctimas en esa lucha por el poder saudí y el control de su petróleo.

-¿Por qué esa lucha nos cuesta vidas aquí?

-Porque los Bush y los Saud, que gobiernan en Arabia Saudí, han forjado una alianza política y económica que Al Qaeda intenta sabotear con su terror. A los Bush no les interesa que esos vínculos sean evidentes.

-¿Algún dato más concreto?

-Harken Energy era una petrolera al borde de la quiebra cuando en los noventa cayó el precio del petróleo. Necesitaban 25 millones de dólares, y dos días antes de la quiebra legal esos millones los puso el capital saudí.

-A lo mejor era una buena inversión.

-Era tirar el dinero excepto en un punto: G.W. Bush, entonces hijo del presidente de EE.UU., era el gestor. Le salvaron el prestigio y su dinero, y ahora aún les devuelve ése y otros grandes favores.

-¿Nunca se investigó?

-Bob Graham, senador demócrata en el Comité de Inteligencia del Senado, probó que dos de los secuestradores del 11-S recibieron directamente dinero saudí. La investigación fue bloqueada por la Casa Blanca. De hecho, la mayor parte del directorio de la Casa Blanca y de su política exterior proviene de la industria petrolera, que es rehén directo de esas relaciones.

-¿Por qué el público estadounidense no pide explicaciones?

-Durante años, EE.UU. ha negociado con el diablo en Arabia. Y el ciudadano lo ha consentido. Los términos de la relación eran conseguir petróleo barato; piense que sólo en EE.UU. tenemos 160 millones de vehículos, a cambio de seguridad para Arabia y no interferencia en la red del wahabismo saudí en el mundo islámico: no meterse en sus asuntos.

-Pero ellos los han hecho nuestros.

-Exacto. Si no hubiera sucedido eso en sus luchas de poder, usted y yo no estaríamos hablando, y miles de personas no hubieran perdido la vida en atentados terroristas islámicos y en varias guerras. Pero era inevitable que sucediera.

-¿Por qué?

-Los wahabíes eran zelotes puritanos de la ley islámica que se unieron a los Sauds, la encarnación de la ambición y la fuerza: eso es Arabia Saudí. Y no significarían nada si no se hubiera descubierto petróleo en 1938. Los Sauds necesitaban la legitimidad religiosa wahabí y el petróleo bendijo la unión.

-¿Y de ahí al terrorismo?

-Yo no acuso a todo un Estado de apoyar el terror. Explico que Arabia Saudí es una monarquía teocrática y el wahabismo una secta muy puritana que no desliga religión de política, y explico que algunos de sus miembros apoyan a Bin Laden.

-¿Cómo?

-El sistema de caridad saudí es complejo y rico. El zakat,la limosna, es uno de los cinco pilares del islam y ha sido y es utilizado a menudo para financiar terrorismo.

-Deme ejemplos.

-Cuando se produjo el primer gran atentado con víctimas estadounidenses en Riad durante el mandato Clinton, se investigó en profundidad y quedó probado que el atentado fue financiado por una organización humanitaria wahabí.

-¿Y no se protestó?

-Claro. Pero los saudíes alegaron que la caridad es parte de su religión y que eran incapaces de controlar todo ese dinero que se mueve por el mundo. Después llegaron las bombas de Kenia y Tanzania, y Clinton volvió a presionar y logró que un banco saudí, el Banco Comercial Nacional de Arabia, fuera nacionalizado porque estaba probado que ese banco canalizaba dinero a Al Qaeda.

-No sirvió de mucho.

-No. Después se financió el 11-S por parecidos canales, igual que fue caridad saudí la que financió los atentados de Madrid y la que hoy financia Hezbollah y Hamas.

-¿Y Saddam no tuvo nada que ver?

-Claro que no. Lo ridículo es que el 70 por ciento de mis compatriotas aún piense que hemos intervenido en Iraq porque el tirano Saddam auspició el 11-S. ¡Qué barbaridad!

-¿Y entonces por qué Iraq?

-Por el control del petróleo dentro de la cruzada neocon:están embarcados en una guerra santa por Dios y la Democracia.

----Desde Callejón sin salida sólo nos resta añadir que Saddam Hussein un año o dos antes de la invasión de Irak había empezado a aceptar el euro como moneda de pago del poco petróleo que podía vender. La invasión de Irak es un mensaje claro a otros países exportadores de crudo que pretendan hacer lo mismo, utilizar el euro en lugar del dólar estadounidense.

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