martes, octubre 12, 2004

Madurar

Pues resulta que iba a hacerme una tortilla y al partir los huevos va y me sale uno con dos yemas (las dos hermosas, redonditas y compactas). Yo me he quedado mirándolas maravillado: creía que estaba ante un hecho tan poco frecuente que era poco menos que mágico. No sabía si meter el plato en el congelador o echar su contenido tal cual enla sartén; batirlo, en todo caso, me parecía una falta de respeto, algo así como talar un árbol o vaciar con una cuchara un hormiguero (los hormigueros son obras arquitectónicas fabulosas). El encanto ha durado poco, exactamente lo que ha tardado mi madre en llegar de la terraza y declarar que lo más normal del mundo era que las gallinas jóvenes dieran huevos con dos yemas. Es decir, los milagros siguen sin existir, habrá que seguir buscando. (Adquirir experiencia y madurar ¿es esto? ¿Saber cosas para poder hacerte tortillas sin asustarte?).

Me he puesto en contacto con el cuartel general en el planeta Iunma y me han dicho que mantengamos las líneas, que pronto llegan los refuerzos con el Manual de Supervivencia. Así que ya sabéis, compañeros, ánimo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No deberías comer huevos, pobres gallinitas.

Editor de CSS dijo...

Pues sí, pobres gallinitas, expoliadas y privadas del producto de su más íntimo ser (en mi defensa diré que siempre procuro comprar huevos de granja, no de factoría tipo kentucky fried chicken, porque al menos en una granja las tienen por ahí sueltas y les puede dar un poco el Sol -sí, os juro que aún existen granjas así). De todas formas, los vegetales también son seres vivos... así que estamos en un callejón sin salida, me temo.