Lo verdaderamente importante en la vida de un ser humano son las cosas inútiles. Sí, ya sé que hay que comer y esas cosas. Tonterías. Si no hubiera gente que viera más allá de las necesidades de su estómago, aún estaríamos malviviendo en cuevas. Llamadme poeta, romántico, colgado y escupidme, si queréis. Luego planificad vuestra carrera profesional como miserables hormiguitas para poder pasar el invierno calientes o trabajad todo el año como esclavos para poder pagaros un viaje Egipto, a ver algo inútil como las pirámides.
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